viernes, 21 de noviembre de 2008

El control de la diabetes: la mejor estrategia de prevención de las complicaciones de la enfermedad


La diabetes mellitus (DM) es un problema de salud pública mundial que se encuentra en pleno auge, más de 18 millones de americanos se ven afectados cada año por esta patología y al menos otros veinte millones sufren prediabetes, un estado metabólico intermedio, caracterizado por hiperglicemia asintomática leve que se considera en la actualidad como una manifestación temprana de la enfermedad.

Diferentes estudios han demostrado que las complicaciones a largo plazo son más frecuentes y más graves en ausencia de un control adecuado de las cifras de glicemia y representan la base de la mayor parte de la morbilidad y la mortalidad relacionada con diabetes, de hecho, los trastornos de la microcirculación asociados con la entidad constituyen una de las principales causas de enfermedad renal, ocular y cardiovascular en los Estados Unidos.

Algunos de los fenómenos fisiopatológicos que subyacen a la aparición de complicaciones relacionadas con hiperglicemia incluyen estrés oxidativo, disfunción endotelial, activación de la cascada de la coagulación en el corto plazo y glicosilación de las proteínas, engrosamiento de las paredes arteriales, acumulación de sorbitol en los nervios periféricos, el riñón y el cristalino, activación de la proteincinasa C, incremento en el nivel de ácidos grasos libres y formación de especies de oxígeno reactivo en el largo plazo.
La estabilización temprana y el mantenimiento de las cifras de glicemia dentro de rangos cercanos a los parámetros normales constituyen las mejores estrategias de prevención de las complicaciones sistémicas de la diabetes, por tal razón, algunos investigadores sugieren que el manejo agresivo de la enfermedad y de los factores de riesgo asociados puede disminuir en forma significativa el impacto de la diabetes en el estado general de los pacientes y reducir las complicaciones relacionadas con dicha alteración.

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