Existen diferentes opciones terapéuticas para el manejo agudo de los episodios de migraña, por regla general el tratamiento del dolor y los síntomas asociados se lleva a cabo con un solo medicamento, sin embargo, más de un tercio de los pacientes suspende el uso de los fármacos prescritos por la ausencia de una respuesta rápida y eficaz, por la recurrencia del síntoma, por los efectos secundarios derivados de su utilización y/o por el costo de los mismos.
A pesar del desarrollo de nuevas opciones terapéuticas, altamente efectivas en el manejo de la fase aguda de la migraña, una gran proporción de los pacientes no se considera plenamente satisfecha frente a la velocidad de acción ni al resultado final del tratamiento. Incluso la utilización de los triptanes, agentes farmacológicos que han representado una verdadera revolución en la terapia de la migraña, está lejos de ser la alternativa óptima para estos pacientes.
Adicionalmente, los mecanismos fisiopatológicos que subyacen a la aparición del cuadro parecen estar relacionados con la alteración de múltiples sistemas biológicos (inflamación neurogénica, hipersensibilidad dopaminérgica, reacción serotoninérgica lenta), hecho que determina una mayor dificultad para el control de la sintomatología con la utilización de un solo medicamento.
Desde esa perspectiva, la identificación y el manejo farmacológico de cada uno de los fenómenos involucrados en la génesis de la migraña parece ser la respuesta definitiva, aunque casi siempre insuficiente en la práctica clínica, para el abordaje de los episodios agudos de la enfermedad. Así las cosas, es razonable pensar que la utilización de combinaciones medicamentosas, que tengan efecto sobre diferentes eventos desencadenantes del cuadro y en las cuales sea posible conjugar la velocidad de acción con el efecto farmacológico sostenido, sea una alternativa más eficaz que la monoterapia en el alivio de los síntomas del paciente con migraña.
Un estudio reciente (Krymchamtowsky, 2004) plantea que los pacientes que no alcanzan el alivio completo del dolor en un período de dos horas o no se mantienen libres de síntomas durante las veinticuatro horas siguientes a la administración del medicamento prescrito, en al menos cinco episodios previos de migraña, son candidatos ideales para el manejo combinado con analgésicos comunes o AINEs, triptanes y medicamentos gastrocinéticos (metoclopramida o domperidona). De acuerdo con el autor, el uso simultáneo de estas tres clases de medicamentos es una opción terapéutica que mejora la eficacia de la terapia y garantiza una mejor resolución del cuadro.
A pesar del desarrollo de nuevas opciones terapéuticas, altamente efectivas en el manejo de la fase aguda de la migraña, una gran proporción de los pacientes no se considera plenamente satisfecha frente a la velocidad de acción ni al resultado final del tratamiento. Incluso la utilización de los triptanes, agentes farmacológicos que han representado una verdadera revolución en la terapia de la migraña, está lejos de ser la alternativa óptima para estos pacientes.
Adicionalmente, los mecanismos fisiopatológicos que subyacen a la aparición del cuadro parecen estar relacionados con la alteración de múltiples sistemas biológicos (inflamación neurogénica, hipersensibilidad dopaminérgica, reacción serotoninérgica lenta), hecho que determina una mayor dificultad para el control de la sintomatología con la utilización de un solo medicamento.
Desde esa perspectiva, la identificación y el manejo farmacológico de cada uno de los fenómenos involucrados en la génesis de la migraña parece ser la respuesta definitiva, aunque casi siempre insuficiente en la práctica clínica, para el abordaje de los episodios agudos de la enfermedad. Así las cosas, es razonable pensar que la utilización de combinaciones medicamentosas, que tengan efecto sobre diferentes eventos desencadenantes del cuadro y en las cuales sea posible conjugar la velocidad de acción con el efecto farmacológico sostenido, sea una alternativa más eficaz que la monoterapia en el alivio de los síntomas del paciente con migraña.
Un estudio reciente (Krymchamtowsky, 2004) plantea que los pacientes que no alcanzan el alivio completo del dolor en un período de dos horas o no se mantienen libres de síntomas durante las veinticuatro horas siguientes a la administración del medicamento prescrito, en al menos cinco episodios previos de migraña, son candidatos ideales para el manejo combinado con analgésicos comunes o AINEs, triptanes y medicamentos gastrocinéticos (metoclopramida o domperidona). De acuerdo con el autor, el uso simultáneo de estas tres clases de medicamentos es una opción terapéutica que mejora la eficacia de la terapia y garantiza una mejor resolución del cuadro.
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