viernes, 11 de septiembre de 2009

Agonía y Muerte Asistida: la visión de un Anestesiólogo Oncólogo


El doctor Tulio Velásquez, anestesiólogo oncológico, presenta un interesante artículo acerca de la etapa final de la vida y los efectos de la muerte asistida en estos pacientes, del cual transcribo a continuación algunas reflexiones de interés:

"Al sufrir una enfermedad terminal, la persona afectada se tiene que enfrentar al hecho de morir en un tiempo muy corto. Esto lleva a ese individuo a plantearse una serie de interrogantes: ¿habrá dolores severos?, ¿será larga la agonía?, ¿la familia sufrirá mucho al estar a mi lado?, ¿es legal, moral y éticamente aceptada la muerte asistida (eutanasia)?, ¿hay opciones para morir apaciblemente?

Para comenzar, tendríamos que iniciar hablando de que la agonía o los últimos días de vida es el fenómeno que precede a la muerte cuando ésta ocurre en forma lenta; tal situación se manifiesta por un deterioro físico severo, debilidad extrema, trastornos de la conciencia, dificultad para la ingesta de alimentos o líquidos, incapacidad para relacionarse con otras personas, postración. Al identificar en forma correcta esta agonía, se produce un cambio en la actitud profesional del médico a cargo, ya que va a aplicar mayores medidas de intervención y a detectar nuevas necesidades en la fase agónica, las cuales se reflejarán en el plan de tratamiento y cuidados.

Al ver que un paciente se va deteriorando progresivamente y que a pesar de seguir con un esquema de tratamiento no presenta mejoría alguna, conviene hablar con el paciente y su familia y exponer lo que pasa. No hay que temer a la reacción de ninguno de los miembros porque lo que las personas quieren es que su médico les hable con franqueza y sinceridad, sin ocultar ni engañar a ese ser querido que se encuentra enfermo.

Al mencionar esta situación, tenemos que explicar todas las posibles opciones que se pueden esperar en el transcurso de esta etapa de agonía, pero a la vez hay que darles todas las probables soluciones para así evitar la aparición de situaciones que produzcan un mayor grado de ansiedad en la familia.

Por todo esto, los médicos paliativistas y algólogos deben ser capaces de aliviar dolores severos mediante el uso racional de medicamentos analgésicos (desde antiinflamatorios, opioides débiles y fuertes, así como coadyuvantes) ya establecidos en la escalera analgésica de la OMS. No sólo hay que enfocarse en el aspecto físico, debemos dar importancia al psicológico, social y espiritual del paciente y su familia, ya que si tomamos en cuenta todas estas facetas, la comodidad y grado de satisfacción que se brinda es mucho mayor".

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