La existencia de nuevos datos acerca de la farmacocinética de la vitamina C ha permitido establecer nuevas perspectivas del uso clínico de la sustancia y reconsiderar el rol terapéutico que puede desempeñar en diferentes patologías.
Considerado un elemento clave en el metabolismo humano, el ácido ascórbico cumple un papel importante como cofactor en múltiples reacciones enzimáticas, entre las que se encuentran incluidas algunas del proceso de hidroxilación del colágeno, la biosíntesis de carnitina, la producción de norepinefrina, el metabolismo de la tirosina y la amidación de diversos péptidos hormonales. Adicionalmente, el ácido ascórbico desempeña otras funciones diferentes a la catálisis de reacciones enzimáticas, siendo considerado como un poderoso antioxidante, protector de las lipoproteínas de baja densidad, reductor de oxidantes dañinos para el tracto gastrointestinal y promotor de la absorción de hierro.
Algunas de las funciones asociadas con el uso de la vitamina C en el organismo humano, incluyen las siguientes:
Vitamina C y estrés oxidativo
Desde hace algunos años se ha propuesto que el estrés oxidativo juega un papel importante en el desarrollo y la progresión de la ateroesclerosis, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus, algunos tipos de alergias y otras enfermedades crónicas, y que las sustancias antioxidantes, como la vitamina C, desempeñan una función protectora frente a dichos cuadros patológicos. Los mecanismos relacionados con el efecto protector de esta sustancia pueden resumirse en los siguientes: (1) reducción química de las moléculas de oxígeno reactivo, (2) eliminación de radicales libres, (3) inhibición de la oxidación de lipoproteínas de baja densidad, y (4) mejoramiento de la función endotelial mediada por óxido nítrico.
Vitamina C y Diabetes
Según con los datos del Tercer Estudio Nacional de Salud y Nutrición, existe una correlación fisiopatológica entre los niveles séricos de vitamina C y la aparición de diabetes mellitus. Otros estudios similares han reportado una asociación inversa entre las concentraciones plasmáticas de ácido ascórbico y los niveles de hemoglobina glicosilada, lo cual sugiere que el incremento de la disponibilidad del ácido ascórbico podría ayudar a reducir la prevalencia de diabetes.
De acuerdo con investigaciones recientes, los efectos benéficos de la vitamina C pueden ser explicados en torno a la interacción de la sustancia con los eicosanoides, el óxido nítrico, las plaquetas, los leucocitos y las células endoteliales. Diversos estudios llevados a cabo en pacientes con hipertensión arterial y diabetes, han demostrado un incremento en la síntesis de prostaglandina F y de óxido nítrico, los cuales son considerados como factores preventivos de daño endotelial.
Vitamina C y enfermedad cerebrovascular
El ácido dehidroascórbico, un precursor de la vitamina C, ha demostrado un efecto neuroprotector en un modelo animal de enfermedad vascular cerebral en ratones. De acuerdo con Sander Connolly (Columbia University), los resultados de este estudio sugieren que la facilidad de penetración de la barrera hemato - encefálica y los efectos benéficos de la sustancia pueden considerarse promisorios en la prevención y el manejo de la enfermedad vascular cerebral. En otro experimento, llevado a cabo en ratones, para determinar las propiedades farmacológicas de la vitamina C en isquemia cerebral inducida mediante oclusión transitoria o permanente de la arteria cerebral media, Huang y colegas reportaron que la administración de ácido dehidroascórbico en la fase previa a una obstrucción del flujo sanguíneo cerebral reduce el área de infarto, mejora la perfusión sanguínea y minimiza el déficit neurológico. Adicionalmente, los investigadores demostraron que la utilización de vitamina C durante las tres horas siguientes al episodio isquémico previene el daño neuronal relacionado con la acción de los radicales libres y la depleción de antioxidantes en el área comprometida.
Desde hace algunos años se ha propuesto que el estrés oxidativo juega un papel importante en el desarrollo y la progresión de la ateroesclerosis, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus, algunos tipos de alergias y otras enfermedades crónicas, y que las sustancias antioxidantes, como la vitamina C, desempeñan una función protectora frente a dichos cuadros patológicos. Los mecanismos relacionados con el efecto protector de esta sustancia pueden resumirse en los siguientes: (1) reducción química de las moléculas de oxígeno reactivo, (2) eliminación de radicales libres, (3) inhibición de la oxidación de lipoproteínas de baja densidad, y (4) mejoramiento de la función endotelial mediada por óxido nítrico.
Vitamina C y Diabetes
Según con los datos del Tercer Estudio Nacional de Salud y Nutrición, existe una correlación fisiopatológica entre los niveles séricos de vitamina C y la aparición de diabetes mellitus. Otros estudios similares han reportado una asociación inversa entre las concentraciones plasmáticas de ácido ascórbico y los niveles de hemoglobina glicosilada, lo cual sugiere que el incremento de la disponibilidad del ácido ascórbico podría ayudar a reducir la prevalencia de diabetes.
De acuerdo con investigaciones recientes, los efectos benéficos de la vitamina C pueden ser explicados en torno a la interacción de la sustancia con los eicosanoides, el óxido nítrico, las plaquetas, los leucocitos y las células endoteliales. Diversos estudios llevados a cabo en pacientes con hipertensión arterial y diabetes, han demostrado un incremento en la síntesis de prostaglandina F y de óxido nítrico, los cuales son considerados como factores preventivos de daño endotelial.
Vitamina C y enfermedad cerebrovascular
El ácido dehidroascórbico, un precursor de la vitamina C, ha demostrado un efecto neuroprotector en un modelo animal de enfermedad vascular cerebral en ratones. De acuerdo con Sander Connolly (Columbia University), los resultados de este estudio sugieren que la facilidad de penetración de la barrera hemato - encefálica y los efectos benéficos de la sustancia pueden considerarse promisorios en la prevención y el manejo de la enfermedad vascular cerebral. En otro experimento, llevado a cabo en ratones, para determinar las propiedades farmacológicas de la vitamina C en isquemia cerebral inducida mediante oclusión transitoria o permanente de la arteria cerebral media, Huang y colegas reportaron que la administración de ácido dehidroascórbico en la fase previa a una obstrucción del flujo sanguíneo cerebral reduce el área de infarto, mejora la perfusión sanguínea y minimiza el déficit neurológico. Adicionalmente, los investigadores demostraron que la utilización de vitamina C durante las tres horas siguientes al episodio isquémico previene el daño neuronal relacionado con la acción de los radicales libres y la depleción de antioxidantes en el área comprometida.
El estudio Rotterdam en que se evaluaron 5197 individuos frente al riesgo de enfermedad vascular cerebral y se estableció una correlación clínica con la disponibilidad de antioxidantes demostró que el riesgo de presentar una hemorragia cerebral fue más bajo en aquellos pacientes con un aporte elevado de vitaminas C, E, B2y B6.