sábado, 21 de julio de 2012

Nirvana


Descubrí en lo profundo de sus besos,

entrañables delicias y placeres.

Laberintos y faunos escondidos,

en los pliegues internos de su piel.



El camino recorrido de su cuerpo,

el lunar en el borde del abismo;

Las columnas que resguardan su tesoro

y el punto sin retorno del amor.



Exploré sin cesar sus fantasías,

delirante y obsesivo, naufragué.

Y del mar de su sexo enfurecido,

jadeante y sudoroso, renací.

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